sábado, 25 de octubre de 2008

Unidos dos cuerpos, a la eternidad...

Tus besos, minados de aire. llenos de vacío.
Tu boca de timida lengua, dos bocas frias.
La delicia de tu aroma amaderado, me hace caer en el recuerdo lejano.
En aquel recuerdo, saturado de saliva, de labios pegajosos, y miradas que desnudaban.
Pero la realidad es otra...
Y me atrapan los huesos marcados. Y me giran otras medidas. Y me violan el corazón.
Me reune la cruel noche, frente a la maquinaria... y me muestra tu lejania, solo para salar mi carne viva, y arder en alma muerta.
Odiosa la realidad me muestra, los pequeños detalles, solo para lastimar más aún mi cuerpo dañado.
Y es el fiel pensamiento el que reconforta mi dolor.
Se muy bien que está creciendo. Sé muy bien que existirá.
Unión de cuerpos lejanos, a una eternidad.


Julia Sosa

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