lunes, 19 de enero de 2009

Lagrima de mar

Algunas cosas suelen ser más frágiles que otras, pero nada podrá ser más frágil que los sueños de cristal.
Siempre estuve segura de que mis huesos eran los más sólidos, masas de calcio infinito…
Un día, quise conocer eso de salar los pies… y mis huesos demostraron ser papel. Su espuma comió de mí, y se quebró en mí.
La frialdad del cubo, calentó los pies. Pero las almas ya estaban embaladas, en cajas bien cerradas, en cajas que ni siquiera fueron cargadas.
Los soles caían, las lunas dormían, y las estrellas… ¿para que hablar de ellas? Las palabras solían morir, solían matar, y a veces… hipnotizar.
Recuerdo, que no importaba estar desnudos, lo único que queríamos era tener las hachas bien afiladas, Tampoco importaban las comunicaciones, las noticias, los violetas, ni las siluetas… pero si, las hachas… las hachas…
Podían matar a mi madre, robarme un amigo, podía perderse el perro, olvidarme un cumpleaños… Yo, estaba ahí… siendo placenteramente azotada.
Perdón, pero después de esto no son mis huesos lo mas frágil de mí, sino los músculos o al menos uno de ellos.

Julia Sosa

No hay comentarios: