A veces pienso, que tus ojos solo ven mi poca cordura.
A veces creo, que disfrutas viéndome como un punto oscuro sobre el lienzo blanco y virgen.
Sé que tengo ciertas tendencias. Sé que lo perfecto, siempre lo hago imperfecto y que la calma solo puede ser histeria.
Conozco tu paz y tu deleite por la armonía… Y yo, incoherente, solo puedo regalarte absurdas palabras bañadas de nada, quejosas, indómitas saturadas de resentimiento.
Bondadoso, calido y tranquilo, me obligas a respirar: la mirada sutil y un gesto que me despierta y ridiculiza frente a mí.
Y solo yo, sé bien… que en mi silencio frente a tu acto me siento nada, me siento vacía y culpable de mi falsa madurez, que se esconde tras unos libros en la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario